EL CAMINO DE SANTIAGO II
Aventuras que vivieron.
dos caballeros “andantes”que,
al estilo de Cervantes
el Camino recorrieron.
No se sabe si por gusto
o por mera devoción
vuelve al Camino Ramón;
las malas lenguas lo saben
y ya largan sobre el tema,
con no mucha discreción:
“…Que si será devoción
el repentino regreso,
o tendrá que ver con eso
Felisuco, “el maricón”.
Pero no adelantemos
los rumores al guión,
mejor que recuperemos
el hilo de está cuestión,
que con gusto sometemos
a la pública opinión.
Hace un año del evento,
allá por el dos mil tres,
fracasó el primer intento
de culminar la aventura
por una cruel contractura
que le atacó “por los pies”.
Pesaroso y dolorido
y esperanzado a la vez
va en busca del entendido,
Dr. D. José Manuel,
que es médico y amigo
y montañero a la vez.
Y gracias a sus desvelos,
en pocos días Ramón
recupera la ilusión
de volver a Cacabelos
y a Santiago, como no,
a ensayar un nuevo intento.
Ha engañado a un compañero
con palabras zalameras:
“…Ya verás. Chuchi, de veras,
lo pasarás estupendo…
aunque no sepas coser,
los dos sabemos cantar,
con solo mover los pies
será “coser y cantar…”
Y el buen Chuchi convencido
con tan sugestivo plán,
acepta hacer el Camino
pensando el hombre, quiza,
que hay la misma distancia
desde el Parque de Cupido
hasta el local de ensayar,
que la que hay de Roncesvalles
a la “egregia” catedral.
En la Rondalla comentan
traviesos y socarrones,
que pa qué coño lo intentan
sabiendo, ¡ya son mayores!,
que cada nueva experiencia
los producen sabañones
y les machaca los pies…
…¡Vejestorios retozones:
teneís hasta los cojones
al pobre José Manuel ¡:
Señoras embrarazadas,
tristes niños con colitis,
malignas peritonitis
y viejecitas violadas
han de quedar “aparcadas”
en la mesa del doctor,
“pa” curar las tendinitis
a dos viejos tiquimiquis
metidos a corredor.
¡Y lo que sufre Manzano!
cada vez que alza la mano
para una nueva canción
están como enajenados
pensando en su devoción
(¡Felisuco el maricón!)
y no afinan ni amarrados…
… y el sufrido Director
no sabe si denunciarles
en el “juzgao” de Instrucción
o simplemente olvidarlos
y pedir la dimisión.
¿A que ustedes ya intuyeron
pacientes lectores míos
donde pasaron los tios,
en que garito comieron
y por quién acompañados?
¡Claro que están acertados!
Como ya puso Cervantes
en boca de don Quijote,
ningún “caballero andante”
tuvo manos tan galantes
para servirle su pote.
aunque la dama gentil (*)
que menciona el escritor,
en nuestra historia de amor
no era dama, ni gentil,
ni tan siquiera un señor,
sino un gay”de buen misil”
… un pelín mariposón.
No se sabe si por fin,
(quizá es mejor no saberlo)
consiguió en gay Felisín
llevarse a los dos al huerto.
Aunque en los actos narrados
se evidenciaban contentos
los dos galanes citados,
no existen hechos probados,
aunque si algunos intentos
que, tras de ser sopesados,
pudieran pasar de cuentos
a ser casos comprobados.
Pero por si son inventos
de los mal intencionados,
mejor dejar tales “tientos”
discretamente olvidados.
¡Y por fin mueven los pies!
tras la jornada azarosa
que tuvo lugar ayer,
aceptan hoy su deber,
aunque muy a su pesar,
y empiezan a caminar
desde el kilómetro cien.
Estando en Portomarín
formóse la agrupación,
entiéndase pelotón,
pués pelotón era en fin.
Todos en plan “peregrín”
y superado el “escollo”
allí reinaba ¡por fin!
cordialidad y buen rollo.
José Antonio “el sevillano”
experto en relajación;
algún chino le enseñó
el arte de usar las manos.
Procedentes de Teruel,
están Luís Miguel y Andrés;
… menos mal que solo cantan
“pa” combatir el estrés…
dos chicas de Zaragoza
al oir a sus paisanos
cantando tan mal las jotas,
alzan al cielo sus manos
implorando cuatro gotas,
a ver si pueden callarlos.
Y desde las “Rías Baixas”
van seis hermosas “tuteras”
que manejan las “baraixas”
con avezadas maneras.
Chuchi está en su elemento:
“….Os gano, pequeñas mías,
les apostilla contento,
ahora arrastro y todas mías…”.
Pero las hermosas crias
van sobradas de talento:
“…Ya hemos pasado de ciento
¡ llegas tarde Xeremías…!”.
Aquí dejamos sus nombres
…y de aquí a la eternidad
“pa” que les rindan honores:
Yolanda, Ana, Cristina,
Patricia, Yanina e Itziar…
son chicas a quienes Chuchi
No consiguió derrotar.
Cuando Angelo Wojtyla,
un polaco bonachón,
voluntario de Muxia,
se incorporó al pelotón
alguién pensó que veía
un “marine” de la Unión…
¡las películas de cine
que proyectó el “Botellón” (**)
le sugieren un marine
desertado del Vietcong!.
Pero atento a la ocasión,
por si al Papa conocía,
no pierde el tiempo Ramón
y al rato le sugería
una recomendación:
“¿Primo de Karol Wojtyla?
¡Eres pariente de Dios!
ponnos en primera fila
en la Puerta del Perdón”.
Un atractivo alemán,
estudiante de español,
acercóse a nuestro clan
en una puesta de sol.
Era un “sosia” de Bisbal (***).
Muy fieles a nuestro plan
de “enseñar al que no sabe”
le obsequiamos una clase
de castellano vulgar.
Y tomamos como base
los mismísimos cojones,
porque adornan cada frase
el lenguaje coloquial
con marcadas alusiones
a la “cosa” genital.
“Estoy hasta los cojones
de tan duro caminar…”.
Así fueron las lecciones
que recibió el alemán.
Con aquellos profesores
-como era de esperar-
ya sabía pedir cojones
cuando llegó al restaurant:
“Quiero bacon con cojones,
cerveza y pan de untar”.
Así se pidió los huevos
con bacon el alemán…
y el encargado del bar
mirándolo boquiabierto
no sabe que contestar…
y los “maestros” detrás
tirándose por el suelo,
mutuos codazos se dan
entre risas, cachondeo
… y alborozo general.
Despedido el alemán
y rehecho el pelotón
queda el esfuerzo final:
tres etapas “maratón”
con meta en la Catedral…
…y premio sentimental
en la Puerta del Perdón.
Un premio cuya ilusión
comprende, solo, quien va.
¡Y allí estaba el alemán!
Con intensas emociones
un gran abrazo se dan…
y repasan las lecciones:
“Nos ha “costao”tres cojones
llegar a esta Catedral”.
( Sin posibles traducciones
del “cojón” al alemán,
las charlas entre teutones
no disfrutan los cojones
en su lenguaje oficial…
¡por eso a los muy bribones
se les entiende tan mal!...).
En la Plaza Praterías
crecieron las emociones:
un “mozu” de Polaciones
que su instrumento tañía.
Era un juglar peregrino
que al estilo medieval
amenizaba el Camino
con su rabel… y su sal:
“Carretera de Carmona
cuando yo la paseaba,
a las doce de la noche
y a las dos de la mañana…”
El final de esta canción
es el final de mí historia.
El buen hacer de Ramón
y la cántabra memoria
dieron vida a este guión,
de mis versos fueron gloria
y de mi orgullo razón.
Y ya como colofón
una “toná” de rabel,
al estilo de Campoo,
que es el reflejo más fiel
del maliciosos interés
que la excursión suscitó:
“Nadie pasará el mal trago
hasta aclarar la cuestión:
¿son devotos de Santiago?
O esclavos del maricón?”
(*) “Nunca fue caballero, por dama tan gentil tan bien servido”. (Frase de don Quijote).
(**) “Botellón”, alude al famosísimo cine Botellas de Reinosa, llamado así porque se trataba del cine Parroquial, en cuya financiación colaboró toda la “gente menuda” de la ciudad, recogiendo envases de vidrio para reciclar.
(***) “Sosia”: dícese de la persona que es tan parecida a otra que con frecuencia se confunden.
Dedicada, afectuosamente, a Ramón, a Chuchi, a José Manuel y a cuantas personas forman parte de esta historia, a quienes me honraría poder contar entre mis amigos.
Reinosa Octubre de 2004.
OILE-RUA
Aventuras que vivieron.
dos caballeros “andantes”que,
al estilo de Cervantes
el Camino recorrieron.
No se sabe si por gusto
o por mera devoción
vuelve al Camino Ramón;
las malas lenguas lo saben
y ya largan sobre el tema,
con no mucha discreción:
“…Que si será devoción
el repentino regreso,
o tendrá que ver con eso
Felisuco, “el maricón”.
Pero no adelantemos
los rumores al guión,
mejor que recuperemos
el hilo de está cuestión,
que con gusto sometemos
a la pública opinión.
Hace un año del evento,
allá por el dos mil tres,
fracasó el primer intento
de culminar la aventura
por una cruel contractura
que le atacó “por los pies”.
Pesaroso y dolorido
y esperanzado a la vez
va en busca del entendido,
Dr. D. José Manuel,
que es médico y amigo
y montañero a la vez.
Y gracias a sus desvelos,
en pocos días Ramón
recupera la ilusión
de volver a Cacabelos
y a Santiago, como no,
a ensayar un nuevo intento.
Ha engañado a un compañero
con palabras zalameras:
“…Ya verás. Chuchi, de veras,
lo pasarás estupendo…
aunque no sepas coser,
los dos sabemos cantar,
con solo mover los pies
será “coser y cantar…”
Y el buen Chuchi convencido
con tan sugestivo plán,
acepta hacer el Camino
pensando el hombre, quiza,
que hay la misma distancia
desde el Parque de Cupido
hasta el local de ensayar,
que la que hay de Roncesvalles
a la “egregia” catedral.
En la Rondalla comentan
traviesos y socarrones,
que pa qué coño lo intentan
sabiendo, ¡ya son mayores!,
que cada nueva experiencia
los producen sabañones
y les machaca los pies…
…¡Vejestorios retozones:
teneís hasta los cojones
al pobre José Manuel ¡:
Señoras embrarazadas,
tristes niños con colitis,
malignas peritonitis
y viejecitas violadas
han de quedar “aparcadas”
en la mesa del doctor,
“pa” curar las tendinitis
a dos viejos tiquimiquis
metidos a corredor.
¡Y lo que sufre Manzano!
cada vez que alza la mano
para una nueva canción
están como enajenados
pensando en su devoción
(¡Felisuco el maricón!)
y no afinan ni amarrados…
… y el sufrido Director
no sabe si denunciarles
en el “juzgao” de Instrucción
o simplemente olvidarlos
y pedir la dimisión.
¿A que ustedes ya intuyeron
pacientes lectores míos
donde pasaron los tios,
en que garito comieron
y por quién acompañados?
¡Claro que están acertados!
Como ya puso Cervantes
en boca de don Quijote,
ningún “caballero andante”
tuvo manos tan galantes
para servirle su pote.
aunque la dama gentil (*)
que menciona el escritor,
en nuestra historia de amor
no era dama, ni gentil,
ni tan siquiera un señor,
sino un gay”de buen misil”
… un pelín mariposón.
No se sabe si por fin,
(quizá es mejor no saberlo)
consiguió en gay Felisín
llevarse a los dos al huerto.
Aunque en los actos narrados
se evidenciaban contentos
los dos galanes citados,
no existen hechos probados,
aunque si algunos intentos
que, tras de ser sopesados,
pudieran pasar de cuentos
a ser casos comprobados.
Pero por si son inventos
de los mal intencionados,
mejor dejar tales “tientos”
discretamente olvidados.
¡Y por fin mueven los pies!
tras la jornada azarosa
que tuvo lugar ayer,
aceptan hoy su deber,
aunque muy a su pesar,
y empiezan a caminar
desde el kilómetro cien.
Estando en Portomarín
formóse la agrupación,
entiéndase pelotón,
pués pelotón era en fin.
Todos en plan “peregrín”
y superado el “escollo”
allí reinaba ¡por fin!
cordialidad y buen rollo.
José Antonio “el sevillano”
experto en relajación;
algún chino le enseñó
el arte de usar las manos.
Procedentes de Teruel,
están Luís Miguel y Andrés;
… menos mal que solo cantan
“pa” combatir el estrés…
dos chicas de Zaragoza
al oir a sus paisanos
cantando tan mal las jotas,
alzan al cielo sus manos
implorando cuatro gotas,
a ver si pueden callarlos.
Y desde las “Rías Baixas”
van seis hermosas “tuteras”
que manejan las “baraixas”
con avezadas maneras.
Chuchi está en su elemento:
“….Os gano, pequeñas mías,
les apostilla contento,
ahora arrastro y todas mías…”.
Pero las hermosas crias
van sobradas de talento:
“…Ya hemos pasado de ciento
¡ llegas tarde Xeremías…!”.
Aquí dejamos sus nombres
…y de aquí a la eternidad
“pa” que les rindan honores:
Yolanda, Ana, Cristina,
Patricia, Yanina e Itziar…
son chicas a quienes Chuchi
No consiguió derrotar.
Cuando Angelo Wojtyla,
un polaco bonachón,
voluntario de Muxia,
se incorporó al pelotón
alguién pensó que veía
un “marine” de la Unión…
¡las películas de cine
que proyectó el “Botellón” (**)
le sugieren un marine
desertado del Vietcong!.
Pero atento a la ocasión,
por si al Papa conocía,
no pierde el tiempo Ramón
y al rato le sugería
una recomendación:
“¿Primo de Karol Wojtyla?
¡Eres pariente de Dios!
ponnos en primera fila
en la Puerta del Perdón”.
Un atractivo alemán,
estudiante de español,
acercóse a nuestro clan
en una puesta de sol.
Era un “sosia” de Bisbal (***).
Muy fieles a nuestro plan
de “enseñar al que no sabe”
le obsequiamos una clase
de castellano vulgar.
Y tomamos como base
los mismísimos cojones,
porque adornan cada frase
el lenguaje coloquial
con marcadas alusiones
a la “cosa” genital.
“Estoy hasta los cojones
de tan duro caminar…”.
Así fueron las lecciones
que recibió el alemán.
Con aquellos profesores
-como era de esperar-
ya sabía pedir cojones
cuando llegó al restaurant:
“Quiero bacon con cojones,
cerveza y pan de untar”.
Así se pidió los huevos
con bacon el alemán…
y el encargado del bar
mirándolo boquiabierto
no sabe que contestar…
y los “maestros” detrás
tirándose por el suelo,
mutuos codazos se dan
entre risas, cachondeo
… y alborozo general.
Despedido el alemán
y rehecho el pelotón
queda el esfuerzo final:
tres etapas “maratón”
con meta en la Catedral…
…y premio sentimental
en la Puerta del Perdón.
Un premio cuya ilusión
comprende, solo, quien va.
¡Y allí estaba el alemán!
Con intensas emociones
un gran abrazo se dan…
y repasan las lecciones:
“Nos ha “costao”tres cojones
llegar a esta Catedral”.
( Sin posibles traducciones
del “cojón” al alemán,
las charlas entre teutones
no disfrutan los cojones
en su lenguaje oficial…
¡por eso a los muy bribones
se les entiende tan mal!...).
En la Plaza Praterías
crecieron las emociones:
un “mozu” de Polaciones
que su instrumento tañía.
Era un juglar peregrino
que al estilo medieval
amenizaba el Camino
con su rabel… y su sal:
“Carretera de Carmona
cuando yo la paseaba,
a las doce de la noche
y a las dos de la mañana…”
El final de esta canción
es el final de mí historia.
El buen hacer de Ramón
y la cántabra memoria
dieron vida a este guión,
de mis versos fueron gloria
y de mi orgullo razón.
Y ya como colofón
una “toná” de rabel,
al estilo de Campoo,
que es el reflejo más fiel
del maliciosos interés
que la excursión suscitó:
“Nadie pasará el mal trago
hasta aclarar la cuestión:
¿son devotos de Santiago?
O esclavos del maricón?”
(*) “Nunca fue caballero, por dama tan gentil tan bien servido”. (Frase de don Quijote).
(**) “Botellón”, alude al famosísimo cine Botellas de Reinosa, llamado así porque se trataba del cine Parroquial, en cuya financiación colaboró toda la “gente menuda” de la ciudad, recogiendo envases de vidrio para reciclar.
(***) “Sosia”: dícese de la persona que es tan parecida a otra que con frecuencia se confunden.
Dedicada, afectuosamente, a Ramón, a Chuchi, a José Manuel y a cuantas personas forman parte de esta historia, a quienes me honraría poder contar entre mis amigos.
Reinosa Octubre de 2004.
OILE-RUA
No se sabe si por gusto
o por mera devoción
vuelve al Camino Ramón;
las malas lenguas lo saben
y ya largan sobre el tema,
con no mucha discreción:
“…Que si será devoción
el repentino regreso,
o tendrá que ver con eso
Felisuco, “el maricón”.
Pero no adelantemos
los rumores al guión,
mejor que recuperemos
el hilo de está cuestión,
que con gusto sometemos
a la pública opinión.
Hace un año del evento,
allá por el dos mil tres,
fracasó el primer intento
de culminar la aventura
por una cruel contractura
que le atacó “por los pies”.
Pesaroso y dolorido
Pesaroso y dolorido
y esperanzado a la vez
va en busca del entendido,
Dr. D. José Manuel,
que es médico y amigo
y montañero a la vez.
Y gracias a sus desvelos,
Y gracias a sus desvelos,
en pocos días Ramón
recupera la ilusión
de volver a Cacabelos
y a Santiago, como no,
a ensayar un nuevo intento.
Ha engañado a un compañero
con palabras zalameras:
“…Ya verás. Chuchi, de veras,
lo pasarás estupendo…
aunque no sepas coser,
los dos sabemos cantar,
con solo mover los pies
será “coser y cantar…”
Y el buen Chuchi convencido
con tan sugestivo plán,
acepta hacer el Camino
pensando el hombre, quiza,
que hay la misma distancia
desde el Parque de Cupido
hasta el local de ensayar,
que la que hay de Roncesvalles
a la “egregia” catedral.
En la Rondalla comentan
traviesos y socarrones,
que pa qué coño lo intentan
sabiendo, ¡ya son mayores!,
que cada nueva experiencia
los producen sabañones
y les machaca los pies…
…¡Vejestorios retozones:
teneís hasta los cojones
al pobre José Manuel ¡:
Señoras embrarazadas,
tristes niños con colitis,
malignas peritonitis
y viejecitas violadas
han de quedar “aparcadas”
en la mesa del doctor,
“pa” curar las tendinitis
a dos viejos tiquimiquis
metidos a corredor.
¡Y lo que sufre Manzano!
cada vez que alza la mano
para una nueva canción
están como enajenados
pensando en su devoción
(¡Felisuco el maricón!)
y no afinan ni amarrados…
… y el sufrido Director
no sabe si denunciarles
en el “juzgao” de Instrucción
o simplemente olvidarlos
y pedir la dimisión.
¿A que ustedes ya intuyeron
pacientes lectores míos
donde pasaron los tios,
en que garito comieron
y por quién acompañados?
¡Claro que están acertados!
Como ya puso Cervantes
en boca de don Quijote,
ningún “caballero andante”
tuvo manos tan galantes
para servirle su pote.
aunque la dama gentil (*)
que menciona el escritor,
en nuestra historia de amor
no era dama, ni gentil,
ni tan siquiera un señor,
sino un gay”de buen misil”
… un pelín mariposón.
No se sabe si por fin,
(quizá es mejor no saberlo)
consiguió en gay Felisín
llevarse a los dos al huerto.
Aunque en los actos narrados
se evidenciaban contentos
los dos galanes citados,
no existen hechos probados,
aunque si algunos intentos
que, tras de ser sopesados,
pudieran pasar de cuentos
a ser casos comprobados.
Pero por si son inventos
de los mal intencionados,
mejor dejar tales “tientos”
discretamente olvidados.
¡Y por fin mueven los pies!
tras la jornada azarosa
que tuvo lugar ayer,
aceptan hoy su deber,
aunque muy a su pesar,
y empiezan a caminar
desde el kilómetro cien.
Estando en Portomarín
formóse la agrupación,
entiéndase pelotón,
pués pelotón era en fin.
Todos en plan “peregrín”
y superado el “escollo”
allí reinaba ¡por fin!
cordialidad y buen rollo.
José Antonio “el sevillano”
experto en relajación;
algún chino le enseñó
el arte de usar las manos.
Procedentes de Teruel,
están Luís Miguel y Andrés;
… menos mal que solo cantan
“pa” combatir el estrés…
dos chicas de Zaragoza
al oir a sus paisanos
cantando tan mal las jotas,
alzan al cielo sus manos
implorando cuatro gotas,
a ver si pueden callarlos.
Y desde las “Rías Baixas”
van seis hermosas “tuteras”
que manejan las “baraixas”
con avezadas maneras.
Chuchi está en su elemento:
“….Os gano, pequeñas mías,
les apostilla contento,
ahora arrastro y todas mías…”.
Pero las hermosas crias
van sobradas de talento:
“…Ya hemos pasado de ciento
¡ llegas tarde Xeremías…!”.
Aquí dejamos sus nombres
…y de aquí a la eternidad
“pa” que les rindan honores:
Yolanda, Ana, Cristina,
Patricia, Yanina e Itziar…
son chicas a quienes Chuchi
No consiguió derrotar.
Cuando Angelo Wojtyla,
un polaco bonachón,
voluntario de Muxia,
se incorporó al pelotón
alguién pensó que veía
un “marine” de la Unión…
¡las películas de cine
que proyectó el “Botellón” (**)
le sugieren un marine
desertado del Vietcong!.
Pero atento a la ocasión,
por si al Papa conocía,
no pierde el tiempo Ramón
y al rato le sugería
una recomendación:
“¿Primo de Karol Wojtyla?
¡Eres pariente de Dios!
ponnos en primera fila
en la Puerta del Perdón”.
Un atractivo alemán,
estudiante de español,
acercóse a nuestro clan
en una puesta de sol.
Era un “sosia” de Bisbal (***).
Muy fieles a nuestro plan
de “enseñar al que no sabe”
le obsequiamos una clase
de castellano vulgar.
Y tomamos como base
los mismísimos cojones,
porque adornan cada frase
el lenguaje coloquial
con marcadas alusiones
a la “cosa” genital.
“Estoy hasta los cojones
de tan duro caminar…”.
Así fueron las lecciones
Así fueron las lecciones
que recibió el alemán.
Con aquellos profesores
-como era de esperar-
ya sabía pedir cojones
cuando llegó al restaurant:
“Quiero bacon con cojones,
cerveza y pan de untar”.
Así se pidió los huevos
con bacon el alemán…
y el encargado del bar
mirándolo boquiabierto
no sabe que contestar…
y los “maestros” detrás
tirándose por el suelo,
mutuos codazos se dan
entre risas, cachondeo
… y alborozo general.
Despedido el alemán
y rehecho el pelotón
queda el esfuerzo final:
tres etapas “maratón”
con meta en la Catedral…
…y premio sentimental
en la Puerta del Perdón.
Un premio cuya ilusión
Un premio cuya ilusión
comprende, solo, quien va.
¡Y allí estaba el alemán!
Con intensas emociones
un gran abrazo se dan…
y repasan las lecciones:
“Nos ha “costao”tres cojones
llegar a esta Catedral”.
( Sin posibles traducciones
del “cojón” al alemán,
las charlas entre teutones
no disfrutan los cojones
en su lenguaje oficial…
¡por eso a los muy bribones
se les entiende tan mal!...).
En la Plaza Praterías
crecieron las emociones:
un “mozu” de Polaciones
que su instrumento tañía.
Era un juglar peregrino
que al estilo medieval
amenizaba el Camino
con su rabel… y su sal:
“Carretera de Carmona
cuando yo la paseaba,
a las doce de la noche
y a las dos de la mañana…”
El final de esta canción
es el final de mí historia.
El buen hacer de Ramón
y la cántabra memoria
dieron vida a este guión,
de mis versos fueron gloria
y de mi orgullo razón.
Y ya como colofón
una “toná” de rabel,
al estilo de Campoo,
que es el reflejo más fiel
del maliciosos interés
que la excursión suscitó:
“Nadie pasará el mal trago
hasta aclarar la cuestión:
¿son devotos de Santiago?
O esclavos del maricón?”
(*) “Nunca fue caballero, por dama tan gentil tan bien servido”. (Frase de don Quijote).
(**) “Botellón”, alude al famosísimo cine Botellas de Reinosa, llamado así porque se trataba del cine Parroquial, en cuya financiación colaboró toda la “gente menuda” de la ciudad, recogiendo envases de vidrio para reciclar.
(***) “Sosia”: dícese de la persona que es tan parecida a otra que con frecuencia se confunden.
Dedicada, afectuosamente, a Ramón, a Chuchi, a José Manuel y a cuantas personas forman parte de esta historia, a quienes me honraría poder contar entre mis amigos.
Reinosa Octubre de 2004.
OILE-RUA
Aurelio García González. (OILE - RUA). De Cervatos - Campoó de Enmedio.
Autor de las poesías Camino de Santiago I y II. En la iglesia de San Jorge de Las Fraguas
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